CERRANDO ETAPAS

Este fin de semana, ha estado repleto de nuevas sensaciones, todo comenzó cuando fui a buscar a mi hija mayor al jardín de infancia, era el ultimo día, y me prometí a mi misma que no iba a derramar ninguna lágrima y lo conseguí, hasta que llegue al pasillo de la segunda planta y cuando abrí la puerta, y a medida que iba avanzando hasta el final del pasillo, para llegar a su clase, comenzaron a fluir un montón de imágenes que no se volverían a repetir.

Desde que comenzamos a los nueve meses hasta hoy con tres años y medio, hemos compartido tanto junto con sus profesoras, le han salido los dientes, ha gateado, comenzado a andar, hemos dicho adiós a los pañales, despidió a los chupetes, ha aprendido a comer sola... también hemos jugado, bailado, reído, experimentado... nos lo hemos pasado bien muy bien y como no hemos compartido la difícil tarea de comenzar a inculcarle valores tan importantes como la amistad, el afecto, el respeto, la ilusión, aprender a compartir...

Por todo esto y muchas cosas más que no sabría como describir, pienso que su paso por el jardín de infancia, ha dejado en ella una huella imprescindible en su vida, ha sido un pequeño grano de arena, que parece insignificante pero que a lo largo de su vida junto con todos lo que vendrán, formaran un paisaje maravilloso, único e irrepetible.

Todas estas experiencias me han hecho sentir un gran cariño a la persona que durante estos dos últimos años ha estado junto a ella, por que con su ejemplo, entusiasmo, su amistad y alegría, hemos vivido cada uno de los segundos que han compartido las dos, por eso tan solo quiero agradecerle, estos años de firmeza y lealtad en la educación de mi princesa, y siempre estará en nuestros corazones.